miércoles, 19 de junio de 2013

Opinión | 400 años de la UNC


Muchos ciudadanos aprovechan las fechas importantes para hacer un análisis sobre las realidades que acontecen. Como ejemplo de ello, nos toca festejar los 400 años de la Universidad Nacional de Córdoba y ver como los diarios, los políticos y los estudiantes que durante el transcurso de los años se olvidaron de ella, ahora la mencionan con notable sentimiento.
Es aquí donde me toca decidir sobre la expresión que eh de tomar: hacer una nota abstracta sobre la universidad y los estudiantes como posibles beneficiarios de un sistema educativo endeble, o escribir sobre el rol activo que nosotros tenemos como hacedores de la Educación Pública. Como notarán, prefiero la segunda opción.
Durante 400 años, el rol de la Universidad ah ido variando conforme al sistema social y económico que primaba en momentos de la colonia y aún en pleno proceso de construcción nacional. Les costó a los trabajadores el acceso a la educación universitaria muchos años y, más aún, conseguir que su voz se escuchara en la conformación de sus planes educativos y en la elección de sus decanos y rectores. Pero fruto de este esfuerzo plasmado en los principios de la Reforma del 18, se comenzó a transitar un camino irreversible hacia la democratización de la vida universitaria, democratización que sólo pudieron frenar las dictaduras militares, sin que ello significara el silencio de los estudiantes que las enfrentaron, incluso poniendo en riesgo sus propias vidas.
Las últimas elecciones que se vivieron en la UNC son el ejemplo concreto de vida sana de la participación de los distintos claustros, sin perjuicio de las prácticas que algunos sectores políticos utilizan para gobernar los destinos de ella.
Y es aquí donde empieza la gran discusión filosófica, que incluye el concepto de moral en la construcción política y que algunos jugadores prefieren obviar a la hora de justificar alianzas con sectores conservadores de la Universidad, como por ejemplo, aquellos que sostienen el ingreso restricto en la Facultad de Medicina, situación que fue reprendida por los estudiantes que vieron en Franja Morada la alterativa para tirarle la oreja al máximo referente de dicha doctrina y aliado imprescindible para que el kirchnerismo pusiera Rector en la UNC.
Si los jóvenes militantes en nombre de la construcción política nos olvidamos de las prácticas y principios propuestos por quienes reformaron la Universidad, no haremos otra cosa que seguir profundizando los resultados de deserción universitaria, de la imposibilidad cada vez más notoria de que los jóvenes trabajadores carcomidos por la inflación y el trabajo en negro sigan alejándose más de la posibilidad de estudiar y de que el presupuesto universitario siga concentrándose en función de la consolidación del proyecto político que hoy Gobierna la Argentina.
El mejor regalo que podemos hacer hoy en este cumpleaños a nuestra universidad, es optar por seguir construyendo conciencia colectiva de que no se pueden tolerar en la Universidad alianzas con sectores que bregan por el retroceso de los logros conseguidos en función de la educación pública, laica y gratuita; también, demostrarle a los mariscales de la construcción Nac&Pop que los movimientos de la inmoralidad en función del poder, se seguirán pagando caros en las elecciones universitarias, como lo ah sucedido en la reciente paliza que la Franja Morada, sin alianza con otras fuerzas le dio al peronismo en la Universidad.

Los estudiantes fueron y son víctimas del sistema educativo impuesto por las Leyes. Pero es esencial que en nombre de la Democracia, en nombre de la educación para el pueblo, en nombre de la construcción de una Patria Grande, generemos conciencia colectiva para festejar dentro de poco, otro cumpleaños de nuestra Universidad, pero con otra ley de educación superior, un presupuesto educativo más federal y, sobre todo, más afluencia de la juventud a las Universidades. Entiendo, humildemente, que este es el único camino para cambiar los destinos de nuestra Nación.

(*) 22 años. Estudiante de Abogacía. Militante de Franja Morada y de Juventud Radical.

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