lunes, 5 de agosto de 2013

Tender un puente entre las generaciones presentes y las que vendrán

En los últimos años, nos hemos acostumbrado a pensar la política en clave épica, en términos de amigos/enemigos y campos de batalla donde se libran luchas, a veces heroicas y otras no tanto. El fanatismo se impone frente a la discusión racional, incapaz de contener en sí a los que piensan distinto. La construcción de un "relato" como forma de pensar la realidad, ha conducido a la simplificación de la política, a la reducción del análisis a dicotomías y antagonismos casi siempre falsos que nos muestra que estamos frente a escenografías de cartón, donde basta con hurgar un poco para ver las contradicciones: el discurso por la soberanía energética de YPF y el posterior acuerdo con Chevron, el discurso de los derechos humanos y la designación del represor Milani al frente del ejercito.  Son apenas algunas de las recientes muestras de ello.
En términos de construcción de capital social, político y económico, nuestro país ha retrocedido. Mientras nuestros vecinos países, por caso Brasil, lograban sacar a más de 30 millones de personas de la pobreza, Argentina no logró mejorar sustancialmente la calidad de vida de los ciudadanos. Se aumentó la presión impositiva sobre los trabajadores, pero no fueron capaces de gravar la renta financiera. Se escuchó de un camión con "pescado para todos" pero no fueron capaces de generar acciones asertivas para detener el aumento en los productos de la canasta básica. Se acusó a las corporaciones empresarias pero en el mismo momento entregaron los recursos ambientales a los empresarios amigos, profundizando el déficit energético y las graves consecuencias ambientales. Se intervino al campo con políticas equivocadas y la mesa de los argentinos se quedó sin pan, cerraron tambos y aumentó el precio de la carne. Se habló de priorizar la educación y obtuvimos los peores resultados académicos y de inclusión en décadas. Se nos habló de una ley de medios para garantizar la libertad de expresión y vivimos presos de una prensa panfletaria y militante. Se nos dijo que había que "democratizar" la justicia y detrás de ello se escondía la búsqueda de más y más impunidad.
En fin, la "década ganada" no son derechos para todos, sino la síntesis que mejor explica el enriquecimiento de unos pocos.
Frente a esto, creemos que es necesario dar paso a nuevo tiempo, a la recuperación de la política como herramienta de transformación social sostenida sobre el diálogo y la necesaria construcción de consensos.
Este nuevo tiempo debiera obligarnos a pensar como transitar la próxima década siendo capaces de traducir el crecimiento en desarrollo. Hoy, pese a que el "relato" nos habla de una década ganada, un cuarto de la población se encuentra por debajo de la línea de pobreza, uno de cada tres nuevos trabajos son informales, más del cincuenta por ciento de jóvenes en edad escolar no termina el secundario y tenemos un déficit de más de 3 millones de viviendas.
De lo que se trata es de dar respuesta a las demandas urgentes, pero también de ser capaces de empezar a trazar la senda del desarrollo de nuestro país.  Dilma Rousseff, dijo: "Seremos exitosos, cuando nadie tenga que cobrar un subsidio para vivir dignamente".
Recuperar la ética pública en la generación de las políticas, nos permitirá volver a poner en el centro de la escena las cuestiones urgentes: salud, trabajo, educación, viviendas.  Menos dinero en publicidad oficial, más dinero para los ciudadanos.
En esta línea, desde la Unión Cívica Radical seguiremos trabajando, entre otros tantos temas, para articular los consensos necesarios y así lograr el 82% móvil para los jubilados, la eliminación del IVA a los productos de la canasta básica, que los trabajadores no paguen ganancias, la sanción de una ley de asignación universal por hijo con cláusula de actualización automática, la defensa de la independencia del Poder Judicial, una ley de coparticipación federal que termine con la discrecionalidad en el manejo de los recursos y una apuesta fuerte a la articulación de todo el sistema educativo para volver a darles oportunidades a los miles de jóvenes que hoy tienen un futuro sin destino.
Se trata, al fin, de tender un puente entre las generaciones presentes y las que vendrán, para no seguir hipotecando nuestro futuro y obtener así más y mejores derechos para todos los ciudadanos.

(*)Es abogada por la Universidad Nacional de Córdoba. Militante política de la Unión Cívica Radical. Fue dirigente de Franja Morada. Ocupa el quinto lugar en la lista de precandidatos a diputados nacionales que encabeza Oscar Aguad. 

2 comentarios:

Miguel Angel dijo...

Interesantes propuestas... pero vas a tener que cambiar de partido para poder lograr su realización.

Francisco dijo...

Bastante flojito y panfletario "el análisis de la coyuntura política nacional"