Milton Copparoni: "María Teresa murió sin biblioteca"

Por Milton Copparoni 

María Teresa Merciadri de Morini. Retrato de La Voz del Interior

Murió María Teresa Merciadri de Morini y los dirigentes hacen fila para decir discursos sobre su trayectoria y lucha. Sin embargo, desde hace más de dos años, la dirigencia no acondiciona un espacio en la sede partidaria para que funcione la biblioteca que lleva su nombre.

La Doctora María Teresa Merciadri de Morini falleció a los 102 años de edad el pasado martes 13 de enero. “Teresita” como la conocían amigos y correligionarios, fue una de esas personas que vivía apasionadamente sus convicciones y las militaba a diario. Luchadora por los ideales del radicalismo, promotora de la separación entre la iglesia y el estado, pero sobre todo, defensora de los derechos de las mujeres, Morini fue una de las primeras abogadas en Córdoba, y la primera en ser secretaria de un juzgado.

Era una persona inquieta, sociable, humilde, de las que se indignan con una injusticia y, fundamentalmente, le gustaba conversar con los jóvenes e incitarlos a la rebeldía.

En el ámbito partidario, fue la primer y única mujer en llegar a la presidencia del Comité Central de la UCR de Córdoba (hasta el momento ninguna otra mujer ha ostentado el cargo) y, además, fue legisladora provincial en 1963 y, diez años más tarde, la primera diputada nacional de la UCR.

A pesar de los honorables cargos que llegó a ejercer, en tiempos donde las mujeres eran una rarísima excepción en la política monopolizada por los hombres, Teresita no necesitó los cargos para militar sus ideas, las que siguió militando hasta el final de su vida. Como abogada, presentó amparos y defendió a las mujeres de la discriminación de su propio partido cuando se confeccionaban las listas de candidatos, soslayando la participación femenina. Como docente, acompañó y participó de muchísimas actividades de formación política en la UCR, donó innumerable cantidad de libros a la biblioteca partidaria, y fue una de las fundadoras de la Agrupación Radical por el cumplimiento de los Derechos Humanos de las Mujeres. Su casa, ubicada a pocos metros de la Casa Radical, supo incluso ser la sede clandestina de la UCR en tiempos de dictadura, y por allí pasaron figuras de talla histórica, como Raúl Alfonsín, Arturo Illia o Justo Paez Molina.

El 26 de julio de 2012, cuando estaba a punto de cumplir los 100 años, un grupo de radicales decidió rendirle un homenaje en la sede de la UCR. En ocasión del aniversario de la Revolución del Parque, Teresita fue invitada a repasar su trayectoria y sus ideales, y en el mismo acto, con madrinazgo de medio centenar de mujeres, se fundó la “Biblioteca de las mujeres radicales Dra. María Teresa Merciadri de Morini”, con un patrimonio inicial de unos 200 libros donados por los asistentes al acto.

La Biblioteca vendría a suplir a la desaparecida Biblioteca de la UCR, que fuera destruida el 23 de junio de 1995, en el marco de la crisis política que terminó con la renuncia del gobernador Angeloz. Desde aquel entonces, la Biblioteca partidaria estuvo cerrada y casi todos los libros se perdieron, muchos de ellos habían sido donados por Teresita Morini.

Sin embargo, la biblioteca fundada por los radicales en homenaje a Morini nunca pudo ser vista por su presidenta honoraria. La dirigencia partidaria nunca acondicionó un espacio físico para el funcionamiento de la misma, en un edificio que se destaca por su gran número de oficinas que permanentemente están cerradas y sin uso.

¿Cuál será el homenaje que los dirigentes partidarios tendrán pensado para la Doctora Morini? ¿Será un homenaje estéril de flores, discursos y placas de bronce, como se acostumbra? ¿O será un homenaje de libros, ideas y experiencias, como sus propios correligionarios quisieron obsequiarle en vida? Habrá que ver qué tan relevantes son, para los dirigentes, los libros, las ideas rebeldes de lucha e igualdad de género  que Teresita defendió toda su vida. A ella le gustaba hablar con los jóvenes e incitarlos a la rebeldía, las plaquetas nunca le entusiasmaron.

Del autor: 
Milton Damián Copparoni
Periodista. Diplomado en periodismo político.
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