Por Soledad Díaz García*
El XXX Encuentro Nacional de
Mujeres en Mar del Plata fue escenario de una fuerte lucha política que desnudó
por completo el contraste entre el relato oficial de la “década ganada” y los reclamos del movimiento de mujeres
protagonista del “Ni una Menos” por otro lado. Asimismo, traslucieron los
fuertes cuestionamientos a las variantes políticas opositoras de Macri y Massa
que allí donde gobiernan son responsables del ajuste y el avance de la
violencia hacia la mujer.
Este agravamiento en las
condiciones de la mujer ha sido el gran disparador para que una multitud de
alrededor de sesenta mil mujeres se movilizara hacia el Encuentro y pese a los
impedimentos organizativos impuestos por la intendencia de Pulti, que denegó
los establecimientos adecuados para el desarrollo de los talleres, lograra
deliberar y establecer finalmente resoluciones para poner fin a esta situación.
La delegación cordobesa de la
Organización de Mujeres Plenario de Trabajadoras con más de doscientas
luchadoras irrumpió en el Encuentro llevando como bandera la exigencia de
Justicia por Paola Acosta y el triunfo de la condena a prisión perpetua a Lizarralde,
logrado a través de la organización y movilización independiente; pero también
el repudio al Estado y a la justicia que pretenden deslindarse de su
responsabilidad no aplicando la calificación de femicidio.
La delegación compuesta por un
importante activismo de toda la provincia contó con un numeroso contingente de
luchadoras barriales que se volcaron a los talleres de tierra y vivienda;
estudiantes secundarias, terciarias y universitarias que llevaron el triunfo de
las tomas en defensa de la educación pública y la exigencia de los jardines
maternales, régimen de cursada especial para estudiantes madres y la educación
sexual laica; asimismo las docentes, trabajadoras de la salud, municipales y
estatales que vienen de conformar listas anti burocráticas en sus gremios,
levantaron el reclamo de las 6 horas para enfermería, la extensión de la
licencia por maternidad y la licencia por violencia de género.
Participaron compañeras de una
decena de municipios del interior entre ellas las asambleístas de las inundaciones
en la Sierras Chicas, y las compañeras de la asamblea de Malvinas Argentinas
Lucha por la Vida, que coparon los talleres de medio ambiente contra la
instalación de la multinacional Monsanto, los negocios de la soja y los mega
emprendimientos inmobiliarios. El movimiento LGTBI con el reclamo del cupo
laboral trans trazó una fuerte delimitación del gobierno nacional y los
gobiernos locales, responsables de la violencia trans fóbica, exigiendo,
además, justicia por el trans femicidio impune de Laura Moyano.
Ante los nueve femicidios
ocurridos en la última semana, entre ellos dos en la ciudad de Mar del Plata,
pese a la renuencia de la comisión organizadora y las agrupaciones afines al
gobierno, el Encuentro se pronunció repudiando la responsabilidad estatal
mediante una contundente concentración frente a la intendencia. De la misma
manera, en cada uno de los talleres ante la necesidad de profundizar la
movilización dando continuidad al Ni una Menos, triunfó el planteamiento de que
los encuentros deben ser resolutivos, y existió consenso en la convocatoria a
un nuevo #NiUnaMenos para el próximo 25 de Noviembre “Día Internacional de la
lucha contra la Violencia hacia la Mujer”.
El movimiento de Mujeres y la
población en general, el pasado 3 de junio, arribó a la conclusión de la
necesidad de ganar las calles por sus derechos denunciando la responsabilidad
estatal, esa misma conclusión ha sido reafirmada y fortalecida por el XXX
Encuentro Nacional de Mujeres, con más fuerza vamos por un nuevo “#NI UNA MENOS-
El Estado es responsable” y la inmediata declaración de Emergencia por
Violencia de Género.
(*)Soledad Díaz García, del
Plenario de Trabajadoras. Partido Obrero, en el Frente de Izquierda y de los
Trabajadores.
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