lunes, 31 de marzo de 2014

La necesidad de unir a Córdoba

|Opinión: Por Alvaro Arroyo*

La realidad política que mostraron las últimas elecciones legislativas del año 2013 en la provincia de Córdoba refleja un oficialismo provincial relativamente deteriorado: no llegó a captar el 30% de los votos, muy lejos de la performance alcanzada en las elecciones provinciales de 2011 cuando se alzó con casi el 45%. Luego del denominado “narcoescándalo” y del amotinamiento policial con los posteriores saqueos del mes de diciembre, el rechazo de la opinión pública hacia el Gobierno comandado por Unión Por Córdoba trepó hasta un 60% de imagen negativa según lo indica una reciente encuesta publicada por la consultora ARESCO. No obstante, desde el año 2011, la dispersión de la oposición con un electorado fragmentado en distintas fuerzas políticas -UCR, Frente Cívico, CC-ARI- le impidió erigirse como una alternativa competitiva al PJ. La disgregación obliga a sus principales integrantes a realizar acuerdos entre sí para lograr mayor competitividad electoral y alcanzar el gobierno. El camino a las elecciones provinciales de 2015 presenta una difícil encrucijada y, a la vez, una nueva oportunidad a los opositores para dejar de lado vanas divisiones y construir una opción sólida con el fin de disputar el poder en la provincia.
Luego de casi 15 años de una gestión del PJ caracterizada por su corrupción, ocultada tras una propaganda demagógica, los cordobeses vivimos en una provincia gravemente endeudada, con un creciente déficit fiscal, alta presión tributaria, conflictos por desintegración social, prácticas mafiosas vinculadas al narcotráfico y la inseguridad, grandes obras de infraestructura inconclusas y con regiones olvidadas y seriamente atrasadas. Ante este cuadro de situación, surge una demanda mayoritaria por parte de un electorado que no se siente representado por el PJ, para que la oposición presente una oferta unificada.
La opinión pública reclama una fuerza política nueva que articule un espacio democrático de participación para dichos sectores. Si la oferta es confiable buena parte del electorado estaría dispuesto a apostar por ella. Para los partidos que a nivel nacional integran el Frente Amplio UNEN -Unión Cívica Radical, Partido Socialista, Coalición Cívica ARI, Libres del Sur, GEN, Frente Cívico- esto constituye un incentivo para unirse. En las últimas semanas, destacados referentes de dichos partidos tales como Oscar Aguad, Griselda Baldata, Roberto Birri e incluso Luis Juez, han señalado la necesidad de conformar alianzas y generar consensos para lograr una nueva mayoría. Esto es, converger en un frente con continuidad que pueda ser una alternativa seria al PJ en la provincia de Córdoba.
Esta empresa, implica ofrecer una estructura orgánica con presencia institucional y despliegue territorial, más que una figura carismática. En este sentido, es importante evitar el personalismo: hay sobradas muestras de la inutilidad de los intentos unilaterales de crecimiento. El éxito de una coalición reside en que los partidos sean los protagonistas de una construcción plural, con discusión horizontal que neutralice el internismo y las rivalidades entre sus dirigentes. Este desafío requiere establecer una instancia de gestión política capaz de coordinar las actividades y recursos de los posibles “socios”, resolver conflictos de estrategia, programáticos y de candidaturas. Para esto último puede resultar muy útil la utilización de las primarias abiertas y obligatorias como lo hiciera UNEN en la Ciudad de Buenos Aires.
Mirando hacia el este, hay otra experiencia exitosa de este tipo como lo es el caso del Frente Progresista Cívico y Social de Santa Fe -integrado por el PS, la UCR y la CC-ARI-. La creación del FPCyS permitió en 2007 desplazar al peronismo que gobernaba la provincia ininterrumpidamente desde 1983. Demuestra que se puede llevar adelante una gestión pública de calidad en la provincia, y en sus principales ciudades, aún siendo un frente diverso. Para neutralizar la dispersión ideológica de la coalición es necesario consensuar un programa de gobierno con un diagnóstico compartido y un mecanismo para coordinar los instrumentos de gestión. También, es indispensable demostrar coherencia a la hora de votar en la Legislatura para ser creíbles. De lo contrario, en los próximos años Córdoba se asemejará más a sus vecinas San Luis, La Rioja o Santiago del Estero que cuentan con gobiernos feudales basados en el clientelismo y la corrupción.
Por su parte, las juventudes de los distintos partidos mencionados pueden aportar nuevos cuadros formados para la gestión, que militen para aunar esfuerzos y reconciliar a la dirigencia partidaria, dejando de lado los vicios de la vieja política y rescatando las mejores virtudes de los referentes con más experiencia.
Córdoba se merece un gobierno honestamente progresista basado en la transparencia de la gestión pública y en la participación ciudadana, que trabaje por una provincia más igualitaria y menos violenta como la que todos anhelamos.


|Perfil
(*)Alvaro Arroyo es estudiante de la Licenciatura en Ciencia Política y Administración Pública de la Universidad Nacional de Río Cuarto -UNRC-. Además, es integrante de la Mesa regional Río Cuarto de la Coalición Cívica ARI.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Con partidos en franca decadencia y minados por la corrupción y la ineptitud, como la UCR en el gobierno municipal, será muy difícil llegar a acuerdos en Córdoba. ¿Qién desea hoy sacarse una foto al lado de ciertos personajes escrachados repetidas veces en los medios, por negocios incompatibles con la función pública? Pensar hoy en una alianza con esta declinante UCR eqivale a un suicidio político, estimado joven Arroyo. guidodione@gmail.com-

Anónimo dijo...

Con partidos en franca decadencia y minados por la corrupción y la ineptitud, como la UCR en el gobierno municipal, será muy difícil llegar a acuerdos en Córdoba. ¿Qién desea hoy sacarse una foto al lado de ciertos personajes escrachados repetidas veces en los medios, por negocios incompatibles con la función pública? Pensar hoy en una alianza con esta declinante UCR eqivale a un suicidio político, estimado joven Arroyo. guidodione@gmail.com-