|Ronda de Intendentes cordobeses
Por Federico Javier García, jefe comunal de Laguna Larga.
A mediados del siglo XX, los jóvenes comenzaron a participar
en los escenarios sociales y sobre todo políticos de nuestro país.
A partir de los años ´60 y ´70 comenzó una participación
activa de los jóvenes; durante esos años, intervenir en la sociedad para
cambiarla era vivido como algo posible, era un sueño alcanzable; participar
para transformar la realidad era para muchos una sana obligación.
Todo cambia en las décadas siguientes, el Estado entra en
crisis, la Sociedad entra en crisis, elevando el escepticismo y la desilusión
en los jóvenes.
Hoy, la globalización ha llevado a las sociedades a un alto
grado de individualización, generando la pérdida de valores, para los jóvenes
-y para muchos- los políticos aparecen como personas alejadas de la realidad y,
lo peor, lejos de las soluciones que la gente reclama a diario. Todo esto lleva
a una sensación -realidad- de falta de representatividad, por lo que surge como
inmediato, buscar nuevos dirigentes, jóvenes que oxigenen el viciado y poluído
aire de la política actual.
Entonces, el "desafío" es romper las barreras de
la desconfianza y del desinterés por la política para volver a participar
social y políticamente. Esta participación no puede ni debe ser alcanzada
mediante leyes de cupos, pactos o exigencias de espacios, sino desde un
renovado y verdadero proceso educativo, que forme y capacite en valores y
principios, haciendo entender a los jóvenes la importancia de la participación
política como la indispensable herramienta para el desarrollo de un país.
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