domingo, 29 de noviembre de 2015

Córdoba, la cuna de la derrota y de la renovación

 El pasado 22 de noviembre fue un día histórico para el país, fue el día en que lo impensable se hizo realidad. Por primera vez desde la vuelta a la democracia, era electo presidente un representante que no pertenecía ni al peronismo, ni al radicalismo, si no uno proveniente de una tercera fuerza. Además, tuvimos la oportunidad histórica de ser participes del primer ballotage de nuestra tradición democrática, lo cual no es un hecho menor. Esa fecha histórica nos deja mucho material sobre el cual reflexionar como participes directos del acto eleccionario. Dos ejes que considero fundamentales y que son necesarios reflexionar son la derrota del Peronismo luego de 16 años a nivel nacional, y la importancia de Córdoba a la hora del Triunfo de Cambiemos en las elecciones generales.
El hecho de que el peronismo fue derrotado en las urnas después de mucho tiempo no es menor y como toda derrota en el peronismo tiene responsables. A mi criterio, hay dos responsables directos: La Presidente de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, y su agrupación política La Cámpora. La primera desde su actitud autoritaria y prepotente donde lo único que logró fue alejar a muchos ciudadanos y a muchos militantes y dirigentes peronistas de su espacio. Logrando únicamente debilitar al partido más importante de la República Argentina, alejándolo de sus raíces. Por otro lado, “La Cámpora”, que utilizó su posición de cercanía al poder ejecutivo para asegurarse la mayor cantidad de cargos políticos, en vez de preocuparse y ayudar a mejorar la relación de Cristina con la gente. Esta actitud de querer quedarse con todos los espacios políticos generó una división dentro de las propias agrupaciones kirchneristas. Debilitando, así, a todo el aparato peronista, quienes sentían que los recursos para hacer política y ayudar a los ciudadanos cada vez eran menores y que solamente se terminaba ayudando a quienes Cristina o La Cámpora decían. Generando un malestar interno profundo en los Gobernadores y las organizaciones sociales que acompañaban al proyecto.
Estos errores políticos quedan bien reflejados en la campaña de ballotage de Scioli. Donde él mismo, los Gobernadores peronistas, organizaciones sociales y militantes, se pusieron la campaña al hombro a pesar de la falta de autocritica de Cristina y sus laderos. Scioli tuvo que cargar en su espalda mochilas pesadas como eran Carlos Zannini, Aníbal Fernández, La Cámpora y la misma Cristina Kirchner, quien con su destrato e indiferencia a muchos Gobernadores y dirigentes del PJ, decidió no escuchar a nadie y parecía empecinada. De esta manera daba la sensación de que ella misma era quien mayor apoyo brindaba a la campaña de Macri, perjudicando así a su candidato. Por eso creo que podemos decir que la combinación entre autoritarismo, prepotencia, falta de autocritica y respeto a los Gobernadores, fue un combo explosivo para Scioli, quien con una inquebrantable lealtad dio pelea hasta el final, aunque no pudo evitar que esto termine dando como resultado que lo impensado se volviera realidad. Que María Eugenia Vidal, el 25 de octubre, le ganara al peronismo en la provincia de Buenos Aires y que Macri ganara la elección presidencial.
A continuación, creo que podemos resumir todo lo que paso en el país y lo que Scioli padeció en la campaña. En el marco donde Macri logró perforar en todas las clases sociales obteniendo un apoyo y caudal de votos impresionante como fue Córdoba y donde se sintió fuertemente el deseo de un cambio. Un ejemplo de esta realidad es el resultado electoral del peronismo en nuestra provincia. No es sorprendente que el candidato oficialista haya cosechado una derrota impresionante frente a un electorado que mostró un fuerte respaldo al candidato de la alianza Cambiemos. Los números son elocuentes: el 71,51% de los votos para este último y 28,49% para el Frente Para la Victoria. De esta manera, el candidato del PRO, Mauricio Macri, logró desde Córdoba construir lo impensado para muchos: que un partido municipal obtuviera la Presidencia de nuestra Nación. Para ser claros, Córdoba fue la cuna de la derrota para Cristina y el oficialismo. Por eso, los resultados en nuestra provincia son el reflejo de años de destrato por parte de la Presidente del país y del desinterés del kirchnerismo por gobernar de una manera federal. En su intento de apropiarse del peronismo fueron dejando de lado a muchos compañeros que siempre sostuvieron las banderas de nuestro partido, desde hace mucho tiempo como es el caso del gobernador José Manuel De La Sota, quien siempre dentro del peronismo, junto a otros referentes, intentó lograr que Cristina escuchara las voces disidentes del PJ y las nuevas demandas de la sociedad.
Esto nos lleva a concluir que Córdoba fue la catarsis de miles de ciudadanos que se expresaron en contra de Cristina y La Cámpora, generando la derrota del peronismo a nivel nacional. Además, podemos ver que Córdoba parece ser la cuna de la renovación peronista, ya que estando Buenos Aires en manos del Pro, Córdoba paso a ser el distrito más importante gobernado por el peronismo. Lo cual hace que Juan Schiaretti tenga un lugar preponderante en la liga de gobernadores peronistas y sea uno de los que más presencia y fuerte juegue en esta batalla por obtener la conducción del partido justicialista. Esta batalla no solamente la dará el Peronismo Cordobés sino que también hay otros peronistas anotados con la aspiración de quedarse con la conducción del partido, los cuales a simple vista aparecen Cristina y La Cámpora resistiendo a pesar de la derrota, Juan Manuel Urtubey, Gobernador de Salta y representante de una generación nueva en el peronismo y Sergio Massa, quien ostenta un alto nivel de representación en la provincia de Buenos Aires y en el país. Quién quiera ser, desde mi visión, deberá lograr que Córdoba lidere o se sume a la conducción. Este peronismo de renovación tiene un enorme desafío, el elegir ser una oposición constructiva o una oposición combativa a Mauricio Macri, lo cual determinará cual será la forma para recuperar el poder en el 2019 y esto dependerá de que el peronismo sepa interpretar las nuevas demandas sociales.

¿Quién es Daniel Giorgetti?

Tiene 30 años. Miembro de la Agencia Córdoba Joven, miembro de la organización política La Militante, diplomado en Liderazgo Comunitario y Gestión de Proyectos sociales y miembro fundador de la Fundación Gen E.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Con la mejor onda Diego: Te recomiendo que no disfrutes tanto la derrota del kirchnerismo, porque excepto por el autoritarismo, tienen muchas semejanzas con el delasotismo.
La Campora es el plato de ñoquis de las reparticiones nacionales.
La Militante es el plato de ñoquis de las reparticiones provinciales.
Ninguna de las dos agrupaciones tiene libertad de acción, las dos tienen bajada de línea.
A la Campora la maneja el hijo de la Presidenta, Maximo Kirchner.
A la Militante la maneja la esposa del Gobernador, Adriana Nazario.
Con la salida del poder de De La Sota y de Cristina, ambas agrupaciones se prepararon para perder poder y corrieron a refugiarse en listas de diputados nacionales y legisladores provinciales. Pero al diluirse el poder que mantiene vivas las agrupaciones (Máximo y Adriana), nadie puede asegurar la fidelidad de los que obtuvieron una banca para con sus respectivos “proyectos políticos”.
Por otro lado, el schiaretismo tiene el gran desafío de realizar una muy buena gestión que le de esperanzas al Peronismo de Córdoba para seguir gobernando la provincia desde el 2019 en adelante, porque como se dieron las últimas elecciones acá, si las elecciones a gobernador fueran la próxima semana, Juntos Por Córdoba esta vez obtendría la victoria. Entonces UPC va a estar muy condicionado a hacer muy buena gestión para no dejar caer en manos del radicalismo la provincia de acá a 4 años.