Escribir un
ensayo en esta temática es un poco trillado, principalmente porque cualquier
diario que uno lea diariamente tiene una columna sobre ello, pero aquí
introduciremos algunas ideas distintas que se irán profundizando en las
próximas semanas.
¿Quién no
escuchó alguna vez hablar de inflación? Es una palabra corriente para todos los
argentinos desde hace ya varios años. Y,
¿por qué?, ¿es realmente el gran problema que tenemos?.
Para las personas que realizan distintas actividades
cotidianas, ya sea desde comprar comida, cigarrillos hasta cargar nafta, se ve
el aumento nominal de precios. Por supuesto, afectando el día a día de cada una
de ellas.
Probablemente,
si escuchamos algún programa de política nacional ya sea radial o televisivo,
escucharíamos campanas opuestas que se culpan para ver quién la causó y qué
hicieron para detenerla.
Para aclarar
tanta confusión, nosotros queremos, en primera instancia, determinar qué es la
inflación y cuáles son las categorías de acuerdo a los factores que la generan.
De forma
simple, clara y real, podemos entender la inflación como el aumento sostenido
de precios. Posiblemente sea la definición más general y representativa del fenómeno.
A su vez, distintos autores caracterizan al fenómeno por diversas causas, así
podemos identificar distintos tipos de ella.
En primer
lugar, la inflación de demanda, la que es generada por el incremento del poder
adquisitivo de sectores con una amplia propensión marginal a consumir, lo que
altera las curvas de oferta y demanda en el sector real de la economía
distorsionando la misma.
En segundo
lugar, la inflación de ingreso, donde el sobreprecio está dado a partir de la
suba de aquellos productos necesarios para fabricar sus bienes finales.
Por otro lado,
la denominada monetaria, ocasionada por la emisión de moneda que sin respaldo
en el sector real de la economía altera las curvas de oferta y demanda de
dinero.
Por último, la
estructural. Este tipo de inflación es generada por una falla de mercado que
altera la competencia, movilidad, entrada y salida de oferentes y demandantes
tanto como las estructuras de distribución de ingreso y atrasadas tecnologías
implementadas. Además, podemos agregar la idea inercial de la misma, dada por
la continuidad y expectativa de suba de precios, fomentando en la conciencia
social el incremento del valor de productos.
Heredada o no,
la inflación en Argentina es un fenómeno complejo que necesita ser combatido
desde diversos lugares, he aquí el punto en cuestión.
En primer
lugar ha sido combatida desde su lado monetario, la liberación del cepo al
dólar, disminución de emisión monetaria (en parte), pago de deuda stock e
intereses. Suba de tasas de interés en plazos fijos y LEBACS.
En segundo
lugar, la inflación de demanda a la vanguardia con disminución del gasto
estatal en la economía nacional a partir de recorte del aparato y quita de
subsidios. Además, aumento de tarifas con su respectivo efecto multiplicador
generando el ajuste sufrido en este momento.
Estas medidas
han fomentado y no han podido contrarrestar la suba de precios superior al 30%,
medida en cualquier de los estimadores de IPC vigentes. Aún así, hay
estimaciones inflacionarias que muestran una disminución en el porcentaje
inflacionario a partir de abril (índices core y San Luis).
Las medidas
tomadas han sido drásticas, los datos de aceptación de gestión y percepción
adquisitiva no son favorables y todavía no se ven mejoras en la economía local.
Por lo tanto, podemos decir que hay algún punto de análisis pasado por alto.
Aquí llamamos la atención a una implementación que a simple vista se corre del
plan anti-inflacionario y es la implementación de los Precios Cuidados.
Ya en la
gestión Kirchnerista, los Precios Cuidados junto con la cuestionable gestión de
Moreno combatían contra la inflación estructural donde los precios determinados
por empresarios y sectores de producción intermedia afectaban la vida de
consumidores sin importar su estrato social.
Actualmente, mantener un mecanismo como el antes mencionado evidencia nuevamente una arista del complejo fenómeno que es la inflación, el cual ya en la década del sesenta era analizado por Olivera, de allí las ideas principales.
Actualmente, mantener un mecanismo como el antes mencionado evidencia nuevamente una arista del complejo fenómeno que es la inflación, el cual ya en la década del sesenta era analizado por Olivera, de allí las ideas principales.
¿Qué significa
presentar como síntoma inflación estructural? Principalmente las asimetrías
endógenas del mercado, donde la distribución y generación de riquezas no sigue
los pasos de otras teorías, por lo que tomar medidas con diagnósticos que no la
contemplen sólo generan métodos ineficientes de solución.
En un extracto
de Alfredo Juan Canavese (1979) vemos cómo actúa este fenómeno: “El alza de los
precios de los bienes agropecuarios aumenta el nivel del costo de vida, lo que origina
ajustes en los salarios; ellos, a su vez, modifican los costos industriales y
el mantenimiento del margen de beneficios requiere una elevación del precio de
los bienes industriales lo que desajusta nuevamente los precios relativos,
reanudándose el ciclo expuesto”. Este factor en cuanto al panorama endógeno.
El otro punto
de análisis es exógeno, y por lo tanto imposible de controlar; la disminución
del crecimiento de otros países tales como BRICS, donde Argentina en los
últimos años colocó sus productos exportables sin crear una mayor
diversificación de mercado, afectó y afecta de forma directa nuestra situación
actual. Aquí, además, sería interesante tratar los valores importados desde
Chile en los últimos meses, que seguramente influyó en la balanza comercial argentina.
Y que sumado a la liberalización del dólar llevó a términos desfavorables de
intercambio mayores aumentando los precios internos de bienes importables y sus
sustitutos nacionales.
Como nota al
pie no podemos olvidar la inflación inercial sistémica, donde los precios suben
por conciencia individual y colectiva de intermediarios vendedores y aceptación
implícita de consumidores.
Por supuesto,
sería hipócrita culpar del aumento sostenido de precios a una gestión en
particular sea cual sea; lo cierto es que ambas, según nuestra interpretación,
aplican teorías macro de economía olvidando la situación real argentina. Aplican
teorías que en los libros se ven bien, pero esos libros no son escritos acá.
Por lo tanto omiten situaciones particulares de la sociedad latinoamericana y
principalmente nuestro país.
Podemos resumir
que la inflación argentina es una enfermedad con síntomas monetarios, de
demanda y estructurales, pero en el panorama político económico nacional el
análisis es escueto, y pasar por alto sus distintas causales dificulta sanar
completamente un sistema debilitado, recetando remedios incorrectos y
provocando para el paciente mayor tiempo de internación.
¿Quién es Ignacio
Carrillo Martínez?
Ignacio Carrillo Martínez es argentino, tiene 25 años y es licenciado en Ciencia Política por la Universidad Católica de Córdoba (UCC). Además, es asesor financiero (IAEF), director en Docta Asesoría, Comunicación y Sondeos. Además, Carrillo Martínez se desempeña como docente, es profesor adscrito en la cátedra de Economía Política, en la UCC.
Ignacio Carrillo Martínez es argentino, tiene 25 años y es licenciado en Ciencia Política por la Universidad Católica de Córdoba (UCC). Además, es asesor financiero (IAEF), director en Docta Asesoría, Comunicación y Sondeos. Además, Carrillo Martínez se desempeña como docente, es profesor adscrito en la cátedra de Economía Política, en la UCC.
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