miércoles, 10 de octubre de 2012

Opinión: "Acortar la niñez no es progresista"

 "La mirada electoralista parece importar más que
lo que podría ser una verdadera política de estado"
Uno de los motivos por los cuales el acto electoral es obligatorio, es el de evitar crear un mercado de votos, literalmente hablando. Por otra parte, es el de restar importancia a la estructura partidaria, posibilitando que los partidos más pequeños sin tanta capacidad de movilización y financiamiento estén, en cierta medida, en una mayor igualdad de condiciones. Es desde entonces indiscutible la necesidad de que, si eventualmente se pudiera votar a los 16 años, fuera de manera obligatoria como afecta al resto de la población. Valdría preguntarse también por qué la desesperación del oficialismo por imponer que la norma rija a partir de la próxima elección. Nuevamente, la mirada electoralista parece importar más que lo que podría ser una verdadera política de estado.
Pero en esencia está aquí en discusión otro punto que tiene que ver con una asignación de responsabilidades. Cabe aclarar que la discusión no pasa por la capacidad o no de estar listo para elegir representantes. Hay, como en todas las edades y escalafones sociales, quienes están comprometidos e informados y quienes no lo están. Sin embargo, este no puede ser un argumento válido para estar en contra del voto juvenil, ya que habilitaría la discusión de un voto calificado. Tampoco suena muy convincente el fundamento sobre la deserción escolar, aunque sea cierto que esta es altísima.
De lo que se trata, es de establecer una edad, un número, que indique a partir de qué momento el ciudadano comienza a ser responsable de sí mismo. Es en este sentido inalterable uno de los principios básicos del derecho “qui peut le plus pouvant le moins” -Quien puede lo más puede lo menos- ¿Cómo se explica, que un joven pueda elegir a sus representantes pero no pueda salir del país, casarse, conducir, siquiera comprar alcohol o retirarse de su escuela sin autorización? La discusión se vuelve mucho más grave cuando este argumento electoralista abre las puertas a quienes crean conveniente enviar a un niño de 16 años a una cárcel común o a una eventual guerra.
Pensemos entonces, que pasará cuando se vote a los 16. Seguramente habrá quienes dirán que luego hay que “ampliar aún más los derechos y llevar el voto a los 14” ¿Por qué no a los 15 o a los 17? Es evidente que cualquiera sea el número que se trate, es absolutamente arbitrario y sin fundamentos y que nada tiene que ver con una verdadera ampliación de derechos. Sin embargo, pareciera ser que los 18 años encuentran, además de 218 de los 234 países que hay en el mundo que lo consideran la edad “de corte”, un hecho fundamental: A los 18 años se termina la escuela. Debiéramos entonces bien, de querer cambiar la edad para concluir los estudios obligatorios, y correr todas las demás asignaciones de derechos y obligaciones también.
¿Tiene esto sentido? En un mundo que tiende a alargar las expectativas de vida de sus ciudadanos suena incoherente pretender acortar la niñez. Es conservador y hasta reaccionario responsabilizar aún más a los jóvenes, cuando hace no mucho en Argentina se logró el secundario obligatorio y correr la edad mínima de trabajo de los 14 a los 16. Debiera estar en una plataforma progresista aumentar aún más la edad mínima para trabajar regularmente -es decir a los 18 años- y no la de otorgar mayores compromisos a una etapa de la vida del ser humano que se ha prolongado ¿Es una ampliación de derechos? La verdad que no, sino más bien que la medida busca regresar en la máquina del tiempo a siglos pasados donde un muchacho de 14 años ya era todo un hombre, con todas las obligaciones que ello significaba. En dirección contraria a todos los avances de la humanidad en materia de derechos de la juventud, la medida pareciera más bien delegar en los pibes problemas que los grandes no pueden o no quieren solucionar. Es retrogrado y hasta cobarde, porque acortar la niñez no es progresista.

1 comentario:

GLADYS dijo...

TE FELICITO, PORQUE ES LO PRIMERO COHERENTE QUE LEO, MUCHOS HABLAN DE DERECHOS, DE PROSELITISMO, DE EDUCACIÓN, ETC.
YO ME CANSÉ DE DECIR QUE A MÍ ME PARECÍA QUE ESTÁN DELEGANDO EN NIÑOS RESPONSABILIDADES DE ADULTO Y ME TRATARON DE DISCRIMINACIÓN. TE ACLARO SOY DOCENTE DE APOYO A LA INTEGRACIÓN Y TODA MI VIDA LA HE DEDICADO A INCLUIR. GRACIAS. PORQUE AL MENOS UNA VEZ, EN ALGÚN SITIO LEÍ LO QUE YO PIENSO.